08/10/2024
300 -> 600 -> 0?
Aprobado por la Resolución del Consejo de Ministros N.º 53/2020, de 10 de julio, el Plan Nacional de Energía y Clima (PNEC) reconoció el potencial de la Energía Solar de Concentración (CSP, por sus siglas en inglés) para introducir un componente de electricidad renovable despachable en el sistema de generación de energía. Aunque el plan adoptó una visión modesta respecto al peso de esta tecnología en la capacidad instalada proyectada para 2030 – 300 MW, lo que representa alrededor del 1% de la capacidad total del sistema – envió una señal clara sobre la inclusión de esta posibilidad tecnológica en la implementación de la política energética.
En la versión preliminar de su primera revisión, presentada a la Comisión Europea en junio de 2023, la contribución de la CSP a la capacidad instalada en el sistema de generación de energía fue revisada al alza – 600 MW, correspondiente al 1,3% de la capacidad total – en línea con un aumento de la capacidad total del sistema, de 30 GW a 47 GW, basado en un escenario de aumento del consumo eléctrico, impulsado en gran medida por un incremento significativo de la contribución de la energía solar fotovoltaica, de 9 GW a 20 GW. Aunque modesto en escala, este objetivo de CSP acercaba a Portugal a la realidad de España, donde la capacidad de CSP ya es de 2,3 GW, con la última revisión del PNEC 2030 apuntando a 4,8 GW para 2030 (para una población cinco veces mayor, el objetivo portugués equivaldría a 3 GW).
En su versión final, actualmente en discusión pública, la importancia de la CSP sigue siendo mencionada, pero los objetivos concretos establecidos en el documento preliminar – “Se promoverán proyectos piloto basados en tecnologías de energía solar de concentración, ya que permiten el almacenamiento de energía” – han sido sustituidos por una declaración más vaga – “Se considera importante esta tecnología, ya que está asociada con el almacenamiento de energía, constituyendo una fuente despachable de electricidad”. Este cambio se refleja más adelante: desde una perspectiva de 600 MW de capacidad instalada para 2030, ahora vemos… 0 MW. Esta “desaparición” de la CSP, el único caso entre todas las tecnologías planificadas para el sistema de generación de energía, viene acompañada de la inclusión de 1 GW de capacidad instalada en “Baterías”.
¿Cuál es la justificación para este cambio – los costos? Es innegable que, en la actualidad, la energía solar fotovoltaica tiene los costos más bajos de producción de electricidad, con un costo promedio ponderado de alrededor de $49/MWh, en comparación con los $118/MWh de la CSP – ambas cifras en dólares de 2022 (IRENA, 2022. Renewable Power Generation Costs in 2022). Pero, ¿qué justifica entonces mantener el objetivo de 200 MW para la energía undimotriz, cuyo costo proyectado para 2030 “podría alcanzar un LCOE inferior a $100/MWh” (proyecto H2020 EU-SCORES)?
¿Es el potencial de integración nacional en la cadena de valor? En una revisión que depende de casi la mitad de la capacidad instalada para 2030 en la energía solar fotovoltaica, cuya cadena de valor está completamente (e inexorablemente?) dominada por China – más del 80% de la capacidad de fabricación en todas las etapas de producción, con los 10 mayores proveedores globales (IEA, 2022, Cadenas de Suministro Globales de la Energía Solar Fotovoltaica) – en comparación con la cadena de valor de la CSP, basada en cimientos (de hormigón o metal), estructuras de acero, espejos reflectores y circuitos hidráulicos, con capacidades bien establecidas en Europa (e incluso nacionales), presentando, quizás, alguna vulnerabilidad en la fabricación de tubos receptores?
¿Es la mejora en la capacidad de gestión del sistema de generación de energía? Si en la diversificación de fuentes – como la energía eólica o undimotriz, por ejemplo – podemos encontrar algún argumento, es difícil entender la exclusión total de 600 MW de capacidad instalada en almacenamiento asociada a la instalación de CSP (con una capacidad adicional estimada del sistema entre 4 y 6 GWh). Esto resulta aún más desconcertante cuando se establece un nuevo objetivo de 1 GW en “Baterías”.
¿Es la seguridad de suministro? Más allá de la vulnerabilidad de Europa a la cadena de valor de la energía solar fotovoltaica, debemos considerar el probable significado de “Baterías”: el uso de baterías de iones de litio, la tecnología más establecida en el mercado pero dependiente de una materia prima cuya extracción y procesamiento se realiza completamente fuera de Europa – China, Chile, Argentina – y que figura como una materia prima crítica según la Comisión Europea (CE, 2023. Estudio sobre Materias Primas Críticas para la UE). Esto se compara con los sistemas de almacenamiento de CSP, que utilizan materiales abundantes – acero, nitrato de sodio y sales de potasio. Esto no parece un criterio obvio – es dudoso que la capacidad a instalarse para 2030 pueda beneficiarse de potenciales recursos nacionales en esta área.
Sin profundizar en otros aspectos, como la circularidad, los impactos macroeconómicos o la estrategia geopolítica, todos los cuales plantean interrogantes sobre esta revisión en los objetivos de CSP, es crucial recordar que el PNEC 2030 es un documento político que establece directrices para el mercado.
Sin subestimar la importancia de establecer metas a las que el mercado pueda responder en el plazo deseado – y es importante reconocer que el tándem fotovoltaico-litio está por delante de otras tecnologías en términos de disponibilidad de productos, servicios y desarrolladores – es en este documento, y solo en este documento, donde pueden expresarse las ambiciones y la visión política para abordar no solo el desafío de la transición energética, sino también su impacto en la economía a corto plazo – precio – y a largo plazo – desarrollo tecnológico, sostenibilidad, integración nacional y europea.
La política tiene su papel: establecer las condiciones que permitan al mercado ofrecer soluciones tecnológicas que aprovechen los recursos renovables endógenos, en este caso, la energía solar.
El mercado tiene su papel: presentar soluciones que aseguren el mejor servicio en términos de costo, pero también la resiliencia del sistema energético y los impactos directos e indirectos en la economía nacional.
Lo que he defendido desde hace tiempo es la apertura de subastas solares tecnológicamente neutrales que requieran la combinación de capacidades de producción y almacenamiento, incluyendo criterios que evalúen los impactos directos e indirectos de las inversiones en la economía nacional y la exposición a cadenas de valor y materias primas críticas. Esto permitiría al mercado presentar soluciones que, siempre expresadas en menores costos finales, puedan abordar mejor el desafío de la transición energética.
La autoexclusión política de soluciones tecnológicas representa una reducción “gratuita” de las posibilidades del país para este desafío. Dejemos que sea el mercado – siempre que se le den las condiciones adecuadas – quien decida sobre las soluciones más competitivas.
Pedro Horta
Investigador coordinador invitado de la Universidad de Évora
Presidente de la Cátedra de Energías Renovables
Coordinador de INIESC – Infraestructura Nacional de Investigación en Energía Solar de Concentración